domingo, 23 de junio de 2013

EDUCACIÓN EN LA DIVERSIDAD: INCLUSIÓN Y EXCLUSIÓN

Educación en la Diversidad




Introducción:
El poder opinar de la educación en la diversidad es poner sobre la mesa de trabajo dos conceptos muy importantes que han venido tomando mayor importancia en la medida que la educación trata de llegar a todos los niveles más disímbolos de la sociedad, estos conceptos forman ya un binomio que preocupan y ocupan a la mayoría de los países que pretenden estar entre los países desarrollados y tienen que ver con la multiculturalidad e interculturalidad.
En el ámbito que nos ha tocado colaborar y convivir, de manera vertiginosa asimilado lo que en otras épocas parecería muy lejano cada día que transcurre debemos estar más en contacto con la transculturización entre todos los países ya que tenemos que aceptar estamos en un mundo más globalizado, esto incluye o involucra directamente a las TIC´s y que esto haga que estemos más al filo de la navaja de ser incluyentes o excluyentes en esta modalidad de  multiculturalidad e interculturalidad, con los distintos grupos como indígenas, mujeres, homosexuales, son un llamado de atención a la sociedad a respetar lo distinto; la migración de miles de personas hacia zonas más desarrolladas es una realidad cada vez más cotidiana. Todo ello “supone un reto social y educativo, la diversidad sociocultural reclama respuestas teóricas y prácticas para la formación de ciudadanos tolerantes y respetuosos con la diferencia en un marco de igualdad y solidaridad” Sales y García, (1997) p. 7


Desarrollo:
México es un país que constitucionalmente se reconoce como pluricultural, ya que su población está conformada por una mayoría mestiza y sesenta y dos culturas indígenas.
Los conceptos multiculturalidad o pluriculturalidad se utilizan para decir que en un contexto dado existen dos o más culturas distintas y que entre ellas hay relaciones. Generalmente las relaciones que se generan entre las culturas son desiguales; una es la dominante, “poderosa” o “mayoritaria” y otra la dominada, o “minoritaria”. Hay diferentes tipos de relaciones desiguales: la asimilación, la segregación y el racismo o discriminación.
La asimilación consiste en que la cultura mayoritaria acepta al otro diferente únicamente si deja a un lado su propia cultura y adopta la cultura dominante, perdiendo así su identidad cultural. La segregación consiste en que la cultura mayoritaria reconoce que existen otras culturas, pero las mantiene en un espacio separado, como a muchas de las culturas indígenas que durante largo tiempo han sobrevivido en las sierras y selvas de nuestro país. Lo único bueno de este tipo de relación es que gracias a ella algunas culturas originarias han sobrevivido, conservando su identidad cultural. Por último, está el racismo o discriminación, que consiste en que la cultura dominante rechaza al otro diferente, niega el valor de su cultura y provoca como consecuencia situaciones de extrema injusticia, pérdida de identidad y muy baja autoestima.
En cambio, cuando hablamos de interculturalidad la relación que se establece entre las culturas se caracteriza por el respeto y el diálogo en condiciones de igualdad. “La interculturalidad no niega las diferencias, las reconoce, no las borra ni las aparta, sino que busca comprenderlas, respetarlas y valorarlas, lo cual, necesariamente requiere de una identidad cultural consolidada” Schmelkes,( 2001).
La interculturalidad es un camino siempre sujeto al conflicto potencial, ya que cada grupo cultural tiene una manera de explicar el mundo, una cosmovisión con sus propias consideraciones de lo que es valioso y de lo que no lo es, lo que nos puede llevar fácilmente a la crítica de lo distinto.
Esto nos obliga a preguntarnos si existen valores absolutos o universales o si todo es relativo a cada cultura. La pregunta no es fácil de responder. Al parecer los valores sólo se entienden dentro de un contexto histórico y cultural determinado, y el ser humano cada día va buscando nuevos caminos para interpretar la realidad. Sin embargo, creemos que si queremos establecer un diálogo intercultural es necesario buscar un conjunto de valores comunes que nos permitan comunicarnos, porque si cada uno siente que es el único que posee la verdad no será posible hacerlo. “Tampoco podremos dialogar si pensamos que todo es relativo, porque no encontraremos puntos de encuentro”. Ruiz, (2003).
En el entendido de que el ser humano es un ser bio-psico-socio-cultural y espiritual, se puede afirmar que  éste es muy complejo. Este ser humano de hoy, en toda su grandeza y dimensión, rompe los paradigmas reduccionistas que las ciencias sociales no ha acabado de dimensionar.
Como lo mencionaba Ortega y Gasset, “Podemos ver a una oveja y hemos visto todas las ovejas, podemos ver a un león y hemos visto todos los leones, pero si vemos a un hombre no hemos visto a todos los hombres… Y ni siquiera hemos visto al hombre que estamos viendo”. Esta reflexión nos muestra cuán complejos y maravillosos somos; y aún en medio de esa enorme complejidad, al reflexionar comprendemos que aunque hemos aprendido a volar como pájaros, a navegar por debajo de los mares y estamos aprendiendo a penetrar la naturaleza más íntima del átomo y de la cibernética, poco sabemos realmente de nuestra naturaleza. 
Comprender a mayor profundidad de lo que somos y conocer el enorme potencial que poseemos nos ayudará a alcanzar en forma consciente y progresiva niveles superiores y siempre crecientes de realización y de desarrollo personal y colectivo.
Y es que los seres humanos poseemos un enorme potencial y que por medio de la educación es que desarrollamos diversas capacidades; es también sabido que el ser humano es el único ser que tiene que, por medio de la educación, aprender a ser lo que es, un ser humano. El proceso de convertirse en persona C. Roger (1961).
Sin embargo esa condición también nos permite realizarnos ciertas interrogantes, ¿cuál es ese enorme potencial? ¿Cuáles son esas capacidades naturales y/o especiales propias de cada uno de nosotros? ¿Cómo podemos saber lo que somos y lo que podemos llegar a ser?
Estas interrogantes, seguramente, se han podido responder científicamente desde diversos puntos de vista epistemológicos, de una manera unilateral; dejando grandes brechas sociales como aquellos aspectos unificadores, democráticos e incluyentes, que pueden ser encarados desde una óptica de la interdisciplinariedad, multidisciplinariedad y  transdisciplinariedad.
Estas brechas se hacen más evidentes a aquellas personas con capacidades especiales que, con el estigma de personas discapacitadas, se van excluyendo del desarrollo potencial que estas personas poseen, relegándolas a simples centros de educación especial.
 Esta problemática se ahonda aún más, porque no se cuenta con políticas integrales del desarrollo potencial de las capacidades de personas con características especiales de parte del Estado, e inclusive, las diferentes instituciones que burocratizan el proceso de formación, hablan mucho de educación integradora, sin embargo, poco o casi nada hacen para satisfacer las expectativas de esta población.
Debemos de pensar ¿Por qué en los centros de educación, los cines, las iglesias, etc., no acude la gente con alguna deficiencia física? ¿No será que porque no cuentan con infraestructura adecuada? Es que una persona con estas características no puede movilizarse autónomamente en estos centros, subir o bajar gradas o simplemente tomar alguna movilidad que le permita llegar a un destino.
“En cuanto a las personas con discapacidad intelectual, los centros de educación especial, por falta de políticas estatales de integración social, sólo se centran en el desarrollo de capacidades manuales, que de alguna manera, es un tipo de exclusión social”. Muriel (2011).

                      

Conclusiones:
En tal sentido, se hace necesaria la participación del Estado a través de políticas inclusivas para el desarrollo integral y potencial, así como se hace necesaria la intervención de todas las ciencias, las técnicas, el arte y la cultura y la sociedad en su conjunto, trabajemos juntos en el logro de un mejor desarrollo bio-psico-socio-cultural y espiritual del ser humano.


  
BIBLIOGRAFÍA:


Rev. Pensamiento Educativo, Vol. 40, Nº 1, 2007. pp. 13-29
ernesto ottone
martín HoPenHayn




1 comentario:

  1. Hola Diego

    La inclusión educativa hace referencia a la disminución de todo tipo de exclusión, la inclusión reconoce que cada alumno tiene sus propias características y capacidades distintas, ya sean alumnos con discapacidad o alumnos con necesidades educativas especiales (N.E.E.), es el sistema educativo el que debe diseñar programas acordes a las necesidades de estos alumnos.

    La diversidad, desde un punto de vista de la inclusión educativa, se agrupa en dos tipos de diferencias: culturales y funcionales.
    La diversidad funcional se refiere a las capacidades que posee el estudiante, comunicativa, lingüística, socioafectiva, sensorial, cognitiva y motora.
    La diversidad cultural se relaciona con los rasgos vinculados a aspectos del contexto social.

    Saludos cordiales :)

    ResponderBorrar